se acabaron los inventos
Ya está bién de inventarse nombres que no tengan nada que ver con los proyectos a los que aspiro. El hongo parásito del reino fungi, que contiene alcaloides muy funkicos que pueden ocasionar la subida de sensibilidad rítmica, forma parte del pasado. A partir de ahora el proyecto musical va a llevar mi nombre, él que me pusieron mis padres, cuando vieron salir una criatura de cinco kilos y medio de la vientre maternal, sin complicarse mas. Además van a sonar temas nuevos, canciones que ya he parido hace muchas primaveras y nunca me he atrevido a realizarlas con ayuda de una banda. Tengo mas ganas que nunca de enfocarlo por esta vía. Es finalmente la mas natural, y que mejor que apostar por algo que te sale de dentro.